miércoles, 16 de septiembre de 2009

Más sobre Zubiri


Entificación de la realidad y logificación 
de la inteligencia 
Hemos planteado que para Zubiri es necesario superar el doble problema constitutivo de la metafísica occidental: La entificación de la realidad y la logificación de la inteligencia. Por entificación de la realidad, Zubiri plantea que el pensamiento occidental sufre un desvío. Puesto a querer desentrañar cuál es el núcleo del que parte esa realidad que tiene frente a sí, el pensamiento occidental no se dirige a esa realidad, sino que se enfoca en algo que está, por así decirlo, en un lugar distinto al de la realidad.  Un ejemplo que Zubiri pone es el de la concepción aristotélica de sustancia. En griego, la palabra sustancia se dice hipokeimenon, lo que subyace. La idea de un núcleo de la realidad que está “por debajo” o subyaciendo, se reproduce en la traducción latina del vocablo hipokeimenon: substantia, esto es, lo que está (stans) por debajo (sub) de la realidad. Vemos, entonces, cómo, teniendo a la realidad enfrente, optamos por sustituirla por un ente o substancia que está fuera de la realidad. Este tipo de enfoque lo encontramos ya en el presocrático Parménides de Elea. Dice, en su Poema:
Bienvenido seas, tú, que llegas a nuestra mansión
con los caballos que te traen;
pues no es un hado infausto el que te movió a recorrer
este camino —bien alejado, por cierto de la ruta
trillada de los hombres—,
sino la ley divina y la justicia. Es necesario que
conozcas toda mi revelación,
y que se halle a tu alcance el intrépido corazón
de la Verdad, de hermoso cerco,
tanto en las opiniones de los mortales, que no encierran creencia verdadera.
No obstante, a ti te será dado aprender todo esto,
y cómo las apariencias
tendrían que aparecerse para siempre como la realidad total.
(Poema de Parménides, en Parménides, Xenón, Meliso (Escuela de Elea). Fragmentos. Tr. de José Antonio Míguez, Aguilar, Buenos Aires, 1965, pp. 51-52).
En el Poema de Parménides, se plantea el problema de cómo conocer al Ser. En la cita anterior, se desconfía de las apariencias, que se aparecen “como la realidad total”. La apariencia es la manera en que las cosas se presentan a los sentidos. Ese aparecer es engañoso para Parménides, tanto como lo son “las opiniones de los mortales, que no encierran creencia verdadera”. Hay que buscar el Ser en otro lugar distinto al de las apariencias. Puesto que no es aconsejable buscarlo en las opiniones humanas, ¿cómo habremos de buscarlo?
Voy a decírtelo ahora mismo, pero presta atención a mis palabras,
las únicas que se ofrecen al pensamiento de entre los caminos que reviste la búsqueda.
Aquella que afirma que el Ser es y el No-Ser no es,
significa la vía de la persuasión —puesto que acompaña a la Verdad—,
y la que dice que el No-Ser existe y que su existencia es necesaria,
ésta, no tengo reparo en anunciártelo, resulta un camino totalmente negado
para el conocimiento.
(ibídem, p. 52).
La vía de acceso al Ser es el logos. El logos es tanto el pensamiento como la palabra. La palabra está unida al pensamiento, que se entiende como la capacidad de formular conceptos. Hemos hablado de logos predicativo: la palabra, en la estructura de la oración Sujeto-Predicado, sirve para predicar cualidades, atributos, etc., de un sujeto dado. Esta operación está ligada al pensamiento. El Ser está ligado al pensamiento:
Porque no podrías jamás llegar a conocer el No-Ser
—cosa imposible—
y ni siquiera expresarlo en palabras.
...porque el pensar y el ser son una y la misma cosa.
[Ídem]
Aquí está planteado el doble problema de la metafísica que plantea Zubiri: la realidad se identifica con algo sub-stante (que no es la realidad), sino un “ente” conceptual que la suplanta; la inteligencia se logifica, esto es, se reduce a logos predicativo, a logos conceptual. No es que el logos no tenga importancia para Zubiri, pero supone un momento ulterior en el enfrentamiento de la inteligencia con la realidad. Antes que nada, esta misma inteligencia se deja impactar, por decirlo de algún modo, con la realidad ante la cual está enfrentada. Ese impacto es la “aprehensión primordial”, la cual es un enfrentamiento a través de las impresiones sensoriales (las cuales, por supuesto, no están desconectadas de la inteligencia, sino que son parte constitutiva de la misma).
Planteado el problema de la metafísica, podemos ver cómo Zubiri advierte que hay, tanto en Husserl como en Heidegger, planteamientos de solución importantes, pero que no logran superar el “reduccionismo idealista”. Ese reduccionismo idealista consiste en que el pensamiento occidental termina reduciendo la realidad a idea, llámesele Ser, Sustancia, Ente, etc.

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