jueves, 17 de septiembre de 2009

Los problemas de la metafísica heideggeriana para Zubiri
En Heidegger ve Zubiri un avance con respecto a Husserl. Heidegger ha identificado como primordial el problema del olvido metafísico del ser. En opinión del filósofo alemán, hemos sustituido al ser por entes (entendiendo por ello tanto los sistemas conceptuales que suplantan al ser, como las cosas, creadas para su manipulación). En esto concuerda Zubiri.
El problema de la concepción heideggeriana reside, para Zubiri, en que establece una diferencia —la diferencia ontológica— entre el Ser y los entes. El Ser está ligado estrechamente a la comprensión; para el ente, esto da igual. Por tanto, el Ser por excelencia es ese ser-ahí, el Dasein (de los vocablos alemanes da: ahí y sein: ser, comúnmente traducido como ‘ser-ahí’). El Dasein es el único que puede inquirir por el Ser. El ser está vinculado, pues, al horizonte comprensivo.  “La comprensión del ser, el Da” —dice Zubiri— es una comprensión tempórea, esto es, el Da mismo es tempóreo.(...) Por la temporalidad somos ‘como somos’ y estamos, por tanto, en el ente, pero ‘allende’ todo ente” [SE, 440]. Es, por tanto, la comprensión del Ser es una comprensión que se da en una perspectiva temporal, histórica.
Heidegger —y eso le parece clave a Zubiri— plantea que el Ser, más que sólo mostrarse, se “da”. La importancia de esta idea podría verse desde la perspectiva del antiguo esquema sujeto-objeto. El “objeto” del conocimiento se “muestra” pasivamente al sujeto cognoscente. Esto sería válido desde la perspectiva de las cosas. Desde la perspectiva del problema del ser, del problema ontológico, el ser, al mostrarse, es “un estar siendo lo que él, el ser, es” [SE, 442]. Pero se da “en la comprensión del ser. El ser sólo ‘es’ siendo Da, dándose en la comprensión” [SE, 442].
El aspecto fundamental del ser humano es, para Heidegger, la comprensión del ser. Para Zubiri, “esto no es sostenible. Ciertamente, el hombre se mueve siempre en el ser, pero el ‘elemento’ en que primaria y constitutivamente se mueve el hombre no es el ser, sino la realidad.” [SE, 451]. El ser no es lo fundamental para Zubiri: lo es la realidad. El ser es un momento de lo real, pero no agota todo lo real.
Heidegger sigue siendo deudor de las concepciones fenomenológicas, donde la conciencia —formulada ahora como “comprensión del ser”— suplanta a la inteligencia. Heidegger acierta cuando afirma que el Dasein se caracteriza por tener una apertura al ser. Pero “el hombre se mueve en el ser no porque aquél sea Da-sein, sino porque el Da-sein está sentientemente abierto a las cosas reales, las cuales, como reales, ‘ya’ son de por sí. El primum cogitum, el primer inteligible (...) no es el ser, sino la realidad, y la realidad sentida en impresión de realidad. Apertura no es comprensión, sino impresión” [SE 452].
Dicho de otra manera, Heidegger considera primordial la comprensión (la inteligencia en su estructura de logos), lo cual, para Zubiri, se fundamenta en la impresión de realidad. Sin esa impresión “primordial” de lo real, no sería posible aprehender la realidad en sus diferentes relaciones y condiciones.

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