El conocimiento conceptual
Al contrario que en el conocimiento matemático, las determinaciones son esenciales para la filosofía. “La filosofía, por el contrario, no considera la determinación no esencial, sino en cuanto es esencial; su elemento y su contenido no son lo abstracto o irreal, sino lo real, lo que se pone a sí mismo y vive en sí, el ser allí en su concepto.” (Hegel: 31-32). La verdad filosófica se entiende como un proceso, como un movimiento compuesto por diferentes momentos.
Lo verdadero es la totalidad, que integra a su seno lo “falso”, lo negativo y lo parcial. “La manifestación es el nacer y el perecer, que por sí mismo no nace ni perece, sino que es en sí y constituye la realidad y el movimiento de la vida de la verdad: Lo verdadero es, de este modo, el delirio báquico, en el que ningún miembro escapa a la embriaguez, y como cada miembro, al disociarse, se disuelve inmediatamente por ello mismo, este delirio es, al mismo tiempo, la quietud translúcida y simple. Ante el foro de este movimiento no prevalecen las formas singulares del espíritu ni los pensamientos determinados pero son tanto momentos positivos y necesarios como momentos negativos y llamados a desaparecer. Dentro del todo del movimiento, aprehendido como quietud, lo que en él se diferencia y se da un ser allí particular se preserva como algo que se recuerda y cuyo ser allí es el saber de sí mismo, lo mismo que éste es ser allí inmediato” (Hegel: 32).
El método filosófico, para Hegel, “no es, en efecto, sino la estructura del todo, presentada en su esencialidad pura” (Ibídem).
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